La relación entre motivación y emoción no se limita al hecho de que en toda conducta motivada hay un componente emocional, sino que puede surgir en sentido inverso: una emoción puede dar lugar a una conducta motivada, dirigiéndola hacia un objetivo y con una intensidad determinada.El engagement es un estado emocional o psicológico derivado del vínculo entre el trabajador y su empresa. Esta interacción se da todos los días entre este con su superior, con sus compañeros y con sus colaboradores.
¿Cómo detonar estados emocionales positivos y evitar los estados emocionales negativos? Está comprobado que:
Un entorno emocional positivo repercute directamente en:
Burnout.
Estrés laboral. • Evitación del trabajo. • Resistencia al cambio. • Ausentismo. • Sobrecarga de trabajo.
Un estado emocional negativo impacta de la siguiente manera en la organización:
Si en la interacción de todos los días contamos con la capacidad de detonar esos estados emocionales de manera consciente, consideremos a la inteligencia emocional como una competencia (cualidad, habilidad, capacidady actitud). Veamos algunas técnicas para desarrollarla:
La inteligencia emocional empieza con la conciencia de uno mismo y también con la conciencia social. Es decir, cuando somos capaces de reconocer las emociones, y su impacto, en todo lo que nos rodea. La emoción y la motivación están íntimamente ligadas, ya que proporcionan a todas las actividades, por un lado, dirección y por otro, intensidad.
La relación entre motivación y emoción no se limita al hecho de que en toda conducta motivada hay un componente emocional, sino que puede surgir en sentido inverso: una emoción puede dar lugar a una conducta motivada, dirigiéndola hacia un objetivo y con una intensidad determinada.
Si el líder es consciente de sí mismo y de sus propias emociones, sabrá cómo estas pueden repercutir en él y en su equipo de colaboradores. Ser autoconsciente cuando se está en una posición de liderazgo también significa tener una imagen clara de las propias fortalezas, debilidades y comportarse con humildad.
Según Goleman las fases para ser un líder inteligente emocionalmente son: la autorregulación, motivación, empatía y las habilidades sociales. Hace referencia a que estos “son igual de abiertos a escuchar noticias tanto buenas como malas. Son, además, expertos en buscar apoyo para los suyos y transmitir de manera efectiva nuevos proyectos, estrategias, valores, etc., por lo que también son buenos en la gestión del cambio y en la resolución de conflictos”.
Si eres diestro y reconoces el impacto que tiene tu estado emocional, serás una herramienta sumamente útil para la función y estabilidad emocional de la organización. “Ocúpate de tus emociones, sólo eso es suficiente para impactar de manera positiva en la cultura organizacional existente”.
Algunos hábitos positivos para mantener tu automotivación:
Construye un emociómetro:
Para concluir, si estás al frente de un equipo de trabajo o juegas un rol dentro de tu entorno familiar, es importante seguir las siguientes recomendaciones:
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Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan la opinión de Grupo Consultor EFE™️.
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